La factura del agua es uno de los gastos recurrentes que más puede aumentar a lo largo del año, especialmente en los hogares con varias personas. Sin embargo, existen soluciones prácticas que no solo te ayudan a reducir el consumo de agua, sino que también modernizan tu baño y mejoran tu confort diario. Una de las mejores formas de ahorrar agua y dinero es instalar un plato de ducha en lugar de una bañera. En este artículo, te explicaremos en detalle cómo esta decisión puede contribuir significativamente a reducir tus gastos de agua y te daremos consejos adicionales para maximizar tu ahorro.
Cuando te bañas en una bañera, la cantidad de agua utilizada es considerablemente mayor que al ducharte. Para llenar una bañera estándar se necesitan entre 150 y 250 litros de agua, dependiendo de su tamaño. Si consideramos que en una familia promedio se pueden realizar varias bañeras a la semana, el consumo de agua puede dispararse, lo que se refleja directamente en la factura.
Por el contrario, una ducha de 5 a 10 minutos consume entre 50 y 100 litros de agua, dependiendo del tipo de rociador y la presión del agua. Esto supone un ahorro de hasta un 70% en comparación con un baño en la bañera. Además, si utilizas un cabezal de ducha eficiente en términos de ahorro de agua, el consumo puede reducirse aún más.
Las duchas suelen ser más rápidas que los baños en la bañera, lo que ya reduce automáticamente el tiempo en el que el agua está corriendo. Al instalar un plato de ducha, es más fácil adoptar hábitos más eficientes, como reducir el tiempo bajo el agua, lo que se traduce en menos litros de agua utilizados diariamente.
Los modernos platos de ducha suelen incluir controles de temperatura más precisos, lo que significa que no es necesario dejar correr el agua durante tanto tiempo para encontrar la temperatura ideal. Esto es especialmente útil en climas fríos o en sistemas de agua caliente que tardan en calentar. Al reducir ese tiempo de ajuste, también se reduce el desperdicio de agua.
Muchos platos de ducha modernos están equipados con rociadores eficientes que limitan el flujo de agua sin comprometer la experiencia de la ducha. Estos rociadores pueden reducir el consumo de agua hasta en un 40%, lo que se traduce directamente en un ahorro en la factura del agua.
Como hemos visto, la reducción en el consumo de agua al cambiar la bañera por un plato de ducha es considerable. Al instalar un plato de ducha, no solo estás invirtiendo en la estética y funcionalidad de tu baño, sino también en un ahorro económico tangible que se reflejará mes a mes en la factura del agua.
Además del ahorro de agua, es importante destacar que un menor consumo de agua caliente también implica una reducción en la factura de energía. Al utilizar menos agua caliente en las duchas, tu caldera o calentador de agua consumirá menos energía, lo que también ayudará a reducir el gasto en electricidad o gas.
Los platos de ducha modernos suelen ser más fáciles de mantener que las bañeras, lo que reduce los costes de mantenimiento a largo plazo. Suelen estar fabricados con materiales resistentes y fáciles de limpiar, lo que prolonga su vida útil sin necesidad de reparaciones o cambios constantes.
Una forma sencilla de aumentar el ahorro es instalar un cabezal de ducha de bajo flujo. Este tipo de cabezal limita la cantidad de agua que fluye por minuto, lo que te permite disfrutar de una ducha cómoda sin derrochar agua. Esta pequeña inversión puede generar grandes ahorros a largo plazo.
Otra opción es utilizar aireadores para la ducha, que mezclan aire con el agua para reducir el flujo sin perder presión. Los temporizadores de ducha también son útiles para controlar el tiempo de cada ducha, ayudando a fomentar el hábito de ducharse en menos tiempo y, por lo tanto, usar menos agua.
Una práctica simple pero efectiva para reducir el consumo de agua es apagar el grifo mientras te enjabonas o te aplicas champú. Esto puede ahorrar varios litros de agua en cada ducha y es un hábito fácil de adquirir para toda la familia.
Más allá del ahorro de agua, los platos de ducha modernos son una opción estética que puede transformar completamente el aspecto de tu baño. Existen platos de ducha de distintos materiales, colores y diseños, lo que permite integrarlos fácilmente en cualquier estilo de decoración, ya sea minimalista, industrial o clásico.
La instalación de un plato de ducha en lugar de una bañera también optimiza el espacio en el baño, haciéndolo más funcional. Esto es especialmente importante en baños pequeños, donde una ducha moderna puede liberar espacio para otros elementos, como almacenamiento adicional o un lavabo más grande.
Instalar un plato de ducha no solo moderniza tu baño y mejora su funcionalidad, sino que también es una decisión inteligente desde el punto de vista económico. El ahorro en el consumo de agua y energía se traducirá en una reducción significativa de tus facturas a lo largo del año, además de contribuir a un estilo de vida más sostenible.
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