Cambiar una bañera por un plato de ducha puede transformar tu baño, haciéndolo más moderno, accesible y fácil de usar. Sin embargo, este proceso puede presentar desafíos si no se planifica cuidadosamente. Aquí te mostramos algunos errores comunes y cómo evitarlos para asegurar una transición exitosa.
Uno de los errores más comunes es no tomar medidas precisas del espacio disponible. Esto puede resultar en un plato de ducha que no encaja correctamente, lo que complica la instalación y puede requerir ajustes costosos.
Siempre verifica las medidas del espacio y del plato de ducha antes de realizar la compra. Considera la contratación de un profesional para asegurar que las dimensiones sean correctas.
Un error frecuente es no considerar la ubicación y el tipo de drenaje existente, lo que puede llevar a problemas de instalación y funcionalidad. El nuevo plato de ducha debe ser compatible con el sistema de drenaje actual o se deben realizar modificaciones adecuadas.
Consultar a un profesional puede ayudar a determinar si es necesario ajustar o cambiar el drenaje para adecuarlo al nuevo diseño.
Cambiar una bañera por un plato de ducha a menudo requiere ajustes en la plomería. No actualizar las tuberías o los accesorios puede llevar a problemas a largo plazo, como fugas o ineficiencia.
Es recomendable que un plomero revise y, si es necesario, actualice la plomería durante la instalación del plato de ducha para garantizar su correcto funcionamiento.
La falta de una adecuada impermeabilización puede causar filtraciones de agua y daños estructurales significativos. Este es uno de los errores más críticos y costosos.
Utiliza materiales de impermeabilización de alta calidad y asegúrate de que la instalación sea realizada por expertos para evitar problemas futuros.
A veces se opta por platos de ducha de baja calidad para reducir costos, lo que puede resultar en daños y necesidad de reemplazos prematuros.
Invertir en un plato de ducha de alta calidad no solo garantiza durabilidad, sino que también mejora la estética del baño.