El plato de ducha es una pieza fundamental en cualquier baño moderno, y mantenerlo en perfecto estado no solo garantiza su durabilidad, sino que también mejora la higiene y la apariencia de tu baño. A continuación, te ofrecemos una guía completa sobre cómo cuidar y mantener tu nuevo plato de ducha limpio y en buen estado, asegurando que luzca impecable durante años.
La limpieza diaria es fundamental para evitar la acumulación de jabón, cal y residuos de productos de higiene. Tras cada ducha, enjuaga el plato de ducha con agua tibia y utiliza un jabón neutro para eliminar cualquier resto. Esto evitará que se formen manchas difíciles de remover más adelante.
El agua estancada es la principal causa de manchas y acumulación de cal. Utiliza una bayeta o una escobilla de goma para eliminar el exceso de agua después de cada uso. Este sencillo hábito ayudará a mantener la superficie libre de marcas y manchas.
El vinagre blanco es un excelente aliado en la limpieza del baño. Mezcla partes iguales de vinagre y agua en un pulverizador y aplícalo sobre el plato de ducha. Deja actuar durante unos minutos y luego frota suavemente con una esponja no abrasiva. El vinagre desinfecta, elimina manchas de cal y deja un brillo natural en la superficie.
Aunque es tentador usar limpiadores fuertes para eliminar manchas difíciles, estos productos pueden dañar la superficie del plato de ducha, especialmente si está hecho de materiales como resina o acrílico. Opta siempre por productos específicos para la limpieza de platos de ducha, que sean suaves y no abrasivos.
Las juntas del plato de ducha pueden acumular moho y suciedad con el tiempo. Una vez al mes, inspecciona las juntas y límpialas con un cepillo de dientes viejo y un limpiador específico para moho. Si notas que alguna junta está dañada o desgastada, es recomendable repararla para evitar filtraciones de agua.
Existen productos selladores y protectores para platos de ducha que crean una barrera contra la suciedad y las manchas. Estos productos, aplicados cada uno o dos meses, prolongan la vida útil del plato de ducha y mantienen su aspecto como nuevo.
El uso de esponjas o estropajos abrasivos puede rayar la superficie del plato de ducha, especialmente si es de resina, acrílico o piedra natural. Opta siempre por esponjas suaves o paños de microfibra.
Un desagüe obstruido no solo provoca malos olores, sino que también puede causar la acumulación de agua en el plato de ducha, lo que lleva a manchas y daños a largo plazo. Utiliza un desatascador de vez en cuando y evita que cabellos y restos de jabón se acumulen en el desagüe.
Mantener tu plato de ducha en perfecto estado no requiere de grandes esfuerzos, solo de constancia y el uso de productos adecuados. Con estos consejos, podrás disfrutar de un plato de ducha limpio, seguro y duradero, que realzará la estética de tu baño y garantizará su funcionalidad.
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